El incienso somalí si bien se considera de menor calidad que el Sacra Yemení, goza de buen prestigio. No posee un aroma tan intenso y resinoso como el Sacra, pero colma bastante bien las expectativas de quien busca más sutileza olfativa. No podemos decir que hemos entrado a una iglesia al olerlo, pero igual si que hemos pasado por la sacristía. Resinoso elegante con toques que recuerdan al aceite esencial de jara (que no el absoluto). Notas cítricas que evocan a la cáscara de limón. Toques amaderados secos que nos conecta con la madera de pino al sol. Bastante oriental en sus formas, pero sofisticado y con menos información olfativa que el Sacra.